Hoy os traigo una idea muy
sugerente que podéis poner en práctica en vuestro jardín o cuando realicéis el
próximo diseño. ¿Os gustan las amapolas?, seguro que sí, ¿a quién no, verdad?.
Está claro que, debido al
carácter efímero de esta flor, no podemos pretender diseñar con ella esperando que
con su sola presencia cubramos las expectativas anuales de nuestro espacio
exterior, pero…¿y si pensamos en ella como un complemento esporádico?.
Si tenemos espacios soleados con
plantas xerófilas de bajo mantenimiento, tendremos un potencial telón de fondo
para las amapolas y éstas podrán hacer las delicias de la familia y los
invitados al final de la primavera.
¿Cómo conseguirlo?.
Debemos partir de semillas, pues
es difícil dividir estas plantas, así que tenemos dos opciones:
La primera será salir al campo al
final del invierno a buscar tallos florales secos que cortaremos y
desgranaremos en casa y la segunda es hacernos de una bolsita de semillas por
internet o en nuestro vivero de confianza. Podemos conservar las semillas todo
el invierno.
Podríamos esparcir las semillas
directamente sobre los parterres, pero tendremos un alto porcentaje de fracaso,
así que lo más aconsejable es hacerlo en macetas o semilleros. La época adecuada
de siembra será finales de verano o en primavera.
Una vez obtenidas las plántulas,
debemos añadir abono en primavera y regar regularmente. Cuando las plantas
alcancen el tamaño de floración será el momento de trasplantar al parterre
definitivo. Recordad que necesitarán un suelo bien drenado, con riego regular
pero moderado.
Existen diferentes variedades que
nos darán opciones en la tonalidad, pero todas lucirán espectaculares en
nuestro jardín.
¿A qué esperas para introducir
las amapolas en tu exteriores?
¿Te apetece ver uno de mis jardines en YouTube?. Te cuento las 7 CLAVES que me llevaron a diseñar este JARDÍN MEDITERRÁNEO con PISCINA:
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