Plantación de Rosmarinus officinalis, Casa Rural Sierra del Mampar, Hornachos (Badajoz)
A menudo utilizo el término de “jardinería inteligente” cuando hablo
del diseño concebido desde la adaptación a las condiciones del lugar para conseguir
zonas verdes de un mínimo mantenimiento. Adaptarse es analizar, entender y
respetar. Debemos aprender a mirar a las plantas como lo que son, seres vivos
con unas necesidades concretas según las especies.
Podemos decorar un interior con
diferentes estilos de mobiliario, realizando todo tipo de combinaciones sin criterio
alguno y no pasará nada más allá de obtener un resultado poco estético. Pero no
podemos pretender forzar a las plantas colocándolas fuera de su hábitat natural
y esperar que prosperen adecuadamente.
Ocurre en ocasiones que, por
simple desconocimiento o porque es mayor el deseo de tener una especie concreta
que de pararnos a analizar, nos encontramos jardines con soluciones
completamente desacertadas que no acaban de cuajar. Plantas de pleno sol
colocadas a la sombra que terminan muriendo o enfermando invadidas por los
hongos, especies tropicales plantadas a pleno sol en localidades con altas temperaturas
de calor seco, o expuestas a las heladas, podrían ser algunos ejemplos de
soluciones que no responden a las premisas de ANALIZAR – ENTENDER – RESPETAR.
Partiendo de este concepto, queda
claro que la manera más “inteligente”
de diseñar un jardín es convirtiéndolo en una extensión de su propio medio
natural. Las plantas autóctonas están adaptadas al lugar como no lo estarán las
demás, por lo que nos ofrecen la ventaja de requerir muchos menos cuidados a
cambio de mejores resultados.
Paseando por las calles de las ciudades
podemos realizar ejercicios de reflexión sobre estas cuestiones. Dependiendo de
las poblaciones y, dentro de éstas, de las diferentes zonas, vamos a encontrar
ejemplos de todo tipo. Desde jardinerías fuertemente basadas en las plantas de
temporada, con necesidades continuas de reposición, hasta áreas perfectamente
naturalizadas con unos resultados espectaculares tanto desde el punto de vista
estético como del económico.
Un ejemplo muy ilustrativo sobre
la importancia de la adaptación al lugar podría ser el trazado de paseos marítimos.
A pie de costa necesitamos plantaciones no solamente adecuadas a las
temperaturas o soleamiento del lugar; además necesitamos elegir especies
capaces de resistir fuertes vientos y la salinidad del ambiente marino.
Recuerda, para obtener los
mejores resultados en jardinería, alíate con la Naturaleza, que es la mejor
paisajista.
¿Te apetece ver uno de mis jardines en YouTube?. Te cuento las 7 CLAVES que me llevaron a diseñar este JARDÍN MEDITERRÁNEO con PISCINA:
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