El modelo de ciudad a desarrollar debe dar respuestas a las necesidades de la población y, por ello, es importante entender cómo evoluciona nuestro comportamiento en la urbe. La arquitectura del paisaje se impone cada vez con más fuerza en los nuevos planes de desarrollo urbanístico, que apuestan por las relaciones sociales y la sostenibilidad de manera contundente, en una búsqueda constante de la metamorfosis hacia ciudades más saludables.
El concepto de “zona verde” está cambiando,
entendiéndose que las personas necesitan de espacios naturales que vayan más
allá de pequeños parques aislados o jardines en espacios residuales a nivel de
barrio o manzana. La población es cada vez más activa en cuanto a la búsqueda
del bienestar mediante la realización de deporte al aire libre o el simple
paseo en familia. Se impone la bicicleta como medio de transporte y deportivo,
al igual que aumenta cada día el número de personas que salen a la calle a
practicar “running”.
La nueva ciudad debe incorporar
trazados verdes que permitan la conexión entre barrios, que conecten puntos
estratégicos de los cascos urbanos y fomenten la relación entre sus habitantes. Debe darse su espacio al
peatón, conjugando viales de tráfico rodado con trazados libres de coches,
donde se haga posible el esparcimiento, el comercio y el deporte.
El carril bici debe pasar a ser
un elemento estructurante, que configure una red creciente que, poco a poco,
conecte el tejido urbano con un alto nivel de protagonismo impuesto por las
propias necesidades de la población. El peatón necesita andar por pisos de
terrizo, tener la posibilidad de vivir la ciudad bajo la sombra de los árboles
y sentir que aún sigue en contacto con la naturaleza.
Muchas ciudades con río están
aprovechando sus tramos urbanos para convertirlos en verdaderos trazados de paisaje
al servicio de la población, obteniéndose muy buenos resultados. Cabe destacar
el caso de Madrid Río, en la capital de España, que ha supuesto un valor
añadido a la ciudad y se ha convertido en referente de la arquitectura del
paisaje.
Parque de Arganzuela - Madrid Río
www.madrid.es
Las tipologías edificatorias que
mejor resultado pueden ofrecer para este concepto de ciudad son las basadas en
grandes patios interiores, ya sean en manzana cerrada o abierta. La conjunción
de los generosos trazados públicos verdes en el exterior, rebosantes de actividad
humana, en contraste con la tranquilidad de los espacios privados, ambos unidos
bajo el mismo hilo conductor del paisaje, hacen de este modelo una ciudad para
todos. Con independencia de la privacidad de esos espacios interiores, es
importante la conexión visual con el exterior; es vital que, mientras los niños
juegan en recintos acotados o los adultos descansan en sus espacios privados, no
pierdan la oportunidad de mantener el contacto con lo que sucede fuera; es de
agradecer que al peatón se le regale la posibilidad de cruzar la mirada hacia
los interiores cuidados y sugerentes de los patios de manzana.
La ciudad debe ser colonizada por
el paisaje e interconectada por éste, aunque no necesariamente convirtiéndola
en un vergel. La sutileza en los trazos debe ser la mejor herramienta del
diseño urbano.
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