Me gustaría compartir con todos vosotros una reflexión llevada a una idea que bien pudiera merecer la pena en manos de algún emprendedor amante de la cultura y la jardinería, o de algún Ayuntamiento con ganas de hacer cosas diferentes. Antes de nada, quiero pedir disculpas por si lo que voy a proponer ya existe y lo expongo aquí como una idea propia, pero yo no conozco ninguna referencia.
La idea
me llegó reflexionando sobre la sensación tan agradable de leer debajo de la
sombra de un árbol. Me imaginé un jardín clásico, con sonidos del agua de una
fuente, el canto de algún pájaro, frondosas copas de árboles que dan cobijo,
pavimentos cerámicos antiguos y paredes encaladas o de piedra, aunque cualquier
tipo de jardín serviría en tanto estuviese bien estructurado y tuviese encanto.
Bien podría ser un gran patio de una casa señorial, como por ejemplo del tipo
de las antiguas casas sevillanas. Seguí imaginando y me visualicé en ese
espacio intramuros, en mitad de la ciudad pero a su vez alejado del bullicio de
la calle, sintiendo la brisa primaveral y oliendo a azahar. Entonces pensé en
lo afortunada que es la gente que tiene el privilegio de poder disponer de rincones
así, donde encontrar esos momentos de paz y desconexión en contacto con la
naturaleza del jardín y en compañía de un buen libro. A través de estas
reflexiones me vino el recuerdo de las bibliotecas y pensé en lo placentero que
es poder salir en ellas a un patio de lectura; evidentemente eso ya existe, hay
bibliotecas que tienen la posibilidad de salir al exterior, pero no de la forma
que después imaginé.
Si de
lo anterior llevamos los pensamientos hasta sus últimas consecuencias,
podríamos visualizar un lugar especialmente ideado como una gran biblioteca de
primavera/verano al aire libre. Un gran jardín donde podamos elegir un libro o
incluso llevarlo de casa y buscar asiento debajo de un árbol o junto a un
estanque; todo ello en un profundo ambiente de lectura, con más personas
haciendo lo mismo, con más gente pudiendo disfrutar de algo así. Tal vez sería
interesante tener la posibilidad de poder tomar café o limonada, en tanto la
actividad hostelera se realizase sin bullicio para respetar al lector. Evidentemente,
se trataría de un jardín muy bien estudiado, donde primaran la belleza y la
comodidad pero, a su vez, se ofreciera el aliciente de una riqueza espacial
aportada por las diferentes especies de plantas; como un jardín botánico para la lectura donde leer
a la sombra de un árbol mientras tomamos algo.
¿No me
diréis que la idea no es atractiva?. Pues adelante, vamos a difundirla a ver si
damos con ese emprendedor que quiera ponerla en marcha; me encantaría escribir un
artículo sobre su inauguración. Por dar ideas, aporto la fotografía de este
artículo, que bien pudiera ser el vestíbulo de entrada a ese lugar mágico donde
perderse a ratos.
Un
saludo a todos.
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