Nombre científico: Cupressus sempervirens
Nombre
común: Ciprés
La
silueta del ciprés es única por su majestuosidad, contundencia y perfecta
verticalidad. Se podría decir que añadir un ciprés a una composición arbórea es
dar la pincelada necesaria para marcar, armonizar o romper un conjunto visual,
según los casos.
Este
árbol puede ser un hito en el camino, un faro en el horizonte o un obelisco en
la llanura. Utilizado como elemento aislado o en composiciones de dos o tres
ejemplares, aportará a nuestros jardines ensalzamiento de la tercera dimensión,
obligándonos a elevar las miradas y transmitiendo energía con su silueta
fastigiada.
Antes
de decidir su ubicación, analiza el terreno desde todas las visuales posibles y
estudia el lugar idóneo para aprovechar todo su potencial. Emergiendo en un
alto cercano a la casa puede marcar con
contundencia el lugar pero, a su vez, en un cruce de visuales puede ser la
vertical que armonice un conjunto de copas globosas, aunque éstas disten
decenas de metros. Es un elemento imprescindible en el diseño con el que
podemos jugar para regalar sensaciones a la vista, tanto si utilizamos el
ciprés común como si lo hacemos con algunas de sus variedades “Stricta” o Totem”.
También
puede ser utilizado en grandes grupos y como seto, obteniéndose siempre muy buenos
resultados, pero es en su utilización individual, en pareja o trío donde reside
todo su potencial compositivo.
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