No se puede comenzar a diseñar un jardín sin tener en cuenta los condicionantes de la sombra, pues éstos van a ser en gran parte los responsables de que nuestro nuevo espacio funcione. Pero, ¿qué significa que funcione?. Muy sencillo: que tanto de manera global, como aisladamente en cada una de sus áreas, éstas cumplan correctamente con el cometido para el que fueron pensadas y diseñadas.
La
sombra va a tener un peso enorme en el éxito o el fracaso de nuestro diseño, por
lo que repasaremos unas orientaciones básicas, a tener en cuenta a la hora de
proyectar.
Atendiendo
al origen, debemos distinguir entre dos tipos de sombra: la producida por las
construcciones u otros elementos arquitectónicos y la proyectada por los
propios árboles y arbustos. Respecto a la primera, como diseñadores de jardines
no podremos hacer más que estudiarla para aprovecharla o evitarla, según las
circunstancias, mientras que la segunda quedará a nuestra suerte (exceptuando
los árboles y arbustos ya existentes) y estará en nosotros el saber utilizarla
con acierto.
Comencemos
hablando del recorrido solar y de las estaciones. El sol sale por el Este,
realiza su recorrido por el Sur y acaba poniéndose por el Oeste. Si nos fijamos
en las sombras que proyecta una vivienda y atendiendo al recorrido del sol,
cuando éste sale por el Este, proyecta sombra hacia el Oeste; según se sitúa en
el Sur, la sombra se va desplazando hacia el Norte y, al alcanzar el final de
su recorrido en el Oeste, la proyección de la sombra caerá hacia el Este. Es
importante recordar que en verano el sol estará mucho más alto que en invierno.
La información que obtengamos del estudio de asoleo de una parcela no solo nos será útil para saber dónde colocar las plantas de sombra y dónde las de sol, que es muy importante; además nos dará las claves para generar los espacios vivideros como las zonas de juego, de reposo, el estanque, la piscina, el huerto… y nos servirá para decidir donde plantar los árboles y si éstos serán de hoja perenne o caduca.
Unos
conceptos muy básicos:
- Un árbol de hoja caduca situado en las inmediaciones de una vivienda,
dejará pasar el sol en invierno y proporcionará sombra en verano.
- Un árbol de hoja perenne proyecta una sombra mayor en invierno que en
verano, puesto que en esta última época el sol está más alto.
- Si deseamos tener sombra por la mañana, plantaremos los árboles al
Este y si es por la tarde, al Oeste.
- Importante: para árboles de buen desarrollo, la distancia a la casa
deberá ser al menos de 8-10 m. en general; pero si se trata de árboles de porte
estrecho o con raíces poco extendidas, podrá ser menor. Para árboles de gran
desarrollo, como eucaliptos, cedros, abetos, etc. la distancia deberá ser
bastante mayor de 10 m.
De
estos conceptos básicos podemos sacar algunas conclusiones importantes a la
hora de ubicar los árboles:
Si una
vivienda tiene la fachada principal orientada al Sur, podemos sembrar árboles
de hoja caduca por delante de ella. De esta manera, en verano conseguiremos
sombra para protegerla y en invierno aprovecharemos los rayos del sol que serán
muy beneficiosos incidiendo directamente en la fachada.
Otro
consejo importante para zonas con veranos excesivamente calurosos, será plantar
de igual manera árboles de hoja caduca al Oeste. Con esta disposición de la
arboleda conseguiremos proteger a la fachada de las horas más duras del sol. Algo
tan sencillo como ésto puede evitar que una vivienda sea poco confortable en
verano y que necesite recurrir a un exceso de utilización de los aparatos de
aire acondicionado.
Unas
nociones tan elementales y obvias son decisivas para proyectar un jardín,
elegir las zonas de estar al sol o a la sombra según a las horas a que se vayan
a utilizar habitualmente o escoger las especies vegetales más adecuadas para
cada orientación y ubicación.
CONSEJO: en la toma de datos del terreno para
un nuevo proyecto, además de lápiz, papel y cinta métrica, necesitaremos tener
a mano una brújula.
Además
de la relación de los árboles y plantas con las edificaciones y de las
diferentes estancias con las ubicaciones, existe una tercera relación no menos
importante: la propia existente entre las plantas. ¿Cómo influye ésto?, muy
sencillo, hemos de tener en cuenta los diámetros y alturas de las diferentes
especies vegetales, así como las distancias entre ellas, para conocer la
repercusión de sombras que tendremos según el diseño elegido.
Un
ejemplo muy claro: hemos decidido plantar varios Plumeros (Cortaderia selloana) en la zona Sur de la parcela y también, entre
otras especies, vamos a colocar una Pita (Agave
americana). El diámetro que alcanzarán ambas especies será de 2 m., llegando
los plumeros a tener una altura de 2,5 m. Debemos controlar estos parámetros para
que no se mezclen las plantas cuando empiecen a crecer y que las Cortaderias, de mucho más rápido
crecimiento, no tapen el sol a la aún pequeña Agave; que aunque esté en este caso al Sur de la parcela, quedará pronto
a la sombra sin encontrar un lugar adecuado de crecimiento al verse arropada
por las gramíneas.
Es por
tanto que debemos conocer y controlar las condiciones provocadas por la sombra,
así como las plantas adaptadas a esta exposición ya que el hecho de tener un
espacio en umbría no significa que esté privado de posibilidades. Iremos viendo en siguientes artículos cómo
sacar partido a las zonas protegidas. Incluso los huertos pueden tener cabida
en espacios de poco sol, con sus limitaciones, evidentemente. Podemos encontrar artículos muy interesantes
al respecto, como el de Javier Macías, que nos explica como cultivar un huerto a la sombra en su blog Cultivar un Huerto Urbano .
¿Te animas a intentarlo con tu próximo diseño?. Espero que te haya servido este tutorial y que, si te ha parecido interesante, me ayudes a difundirlo compartiendo el post.
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Muchas gracias. Es todo muy interesante
ResponderEliminar¡Muchas gracias!, me alegra que te interese. Un saludo
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