EL ÁRBOL DE LOS CHUPETES, simplemente entrañable

Os presento el Árbol de los Chupetes, una rara especie entre mágica y solidaria cuyo principal fin es que los niños superen con facilidad el momento de abandonar sus chupetes.

No quería dejar de escribir sobre esta noticia porque creo que es un claro ejemplo de lo que puede llegar a lograrse con la puesta en marcha de la creatividad en la vía pública, en este caso simplemente rebautizando un árbol . La idea es brillante, entrañable y eficaz respecto al fin que se pretende. El éxito ha sido rotundo, el árbol recibe multitud de visitas diarias de niños con sus padres, unos a dejar su chupete y otros a encontrar el que colgaron de sus ramas días antes. Estuve un rato parado observando y era conmovedor ver cómo se emocionaban los niños cuando reconocían el suyo entre todos los demás.

La idea se ha puesto en marcha por iniciativa de varias madres y con la colaboración del Ayuntamiento de Badajoz, aunque ya existían antecedentes en otras ciudades. De hecho, todo ha surgido cuando una de las madres, residente en Sevilla, conoció allí la idea y decidió trasladarla a su ciudad. Desde que naciera el primer Árbol de los Chupetes en un zoológico de Suecia, la especie se ha ido propagando por otras latitudes con mucho éxito.

La variedad elegida ha sido la Photinia, por su frondosidad y baja altura, ideal para que los niños, ayudados por sus padres, puedan alcanzar sus ramas. La actuación ha sido muy sencilla, consistente en la realización de una plataforma de madera perimetral y un vallado de vistosos colores. Se ha ubicado en el emblemático Parque de Castelar de Badajoz y la pretensión es que este sitio estratégico se convierta en lugar de encuentro periódico para organizar actividades y eventos solidarios, aprovechando así esta idea como epicentro lúdico y didáctico para los más pequeños.

Como ya os había comentado en otra ocasión, ésta es de esas actuaciones en el paisaje que consiguen “imantar un espacio”.

¡Enhorabuena, madres de los chupetes!