Talavera la Real (Badajoz) - Avda. de las Palmeras - Diseño: Ángel Méndez
Hoy quiero dejaros un breve post sobre algo que debería ser más habitual en nuestras ciudades; la verdadera sostenibilidad. Digo verdadera porque ahora vende mucho lo ecológico y sostenible pero, en muchas ocasiones, nos están vendiendo humo. ¿Qué quiero decir con esto?, muy sencillo: Para conseguir espacios públicos sostenibles es necesaria una configuración en origen, que estudie los procesos de transformación de la materia prima a utilizar en la obra civil, las distancias en los transportes, que sopese la dificultad de aclimatación de las plantas alóctonas y la facilidad de implantación de las autóctonas, sus cuidados, enfermedades o necesidades hídricas entre otros muchos factores.
Es una
pena ver en las vías públicas cómo se
rellenan periódicamente parterres con flores de temporada que se marchitan a
las dos semanas de ser trasplantadas; una inversión de tiempo y dinero que debe
volver a repetirse en breve por el simple hecho de no elegir las variedades
idóneas para cada situación. Se tiende a considerar que para dar color en la
jardinería es imprescindible la utilización de este tipo de especies
perecederas y nada más alejado de la realidad.
Otra
cuestión a poner en debate es el posterior control de los riegos. En muchas
ocasiones, se realizan las instalaciones, se ponen en marcha y a regar sin
planificación. Es importante tener en cuenta que no en todas las estaciones la
planta va a tener las mismas necesidades hídricas. Pero no sólo es influyente
la estación del año a la hora de programar los riegos; la mayoría de las
especies van necesitando progresivamente menos agua a medida que se van
aclimatando al lugar y esto hace necesario ir reconfigurando las frecuencias de
los aportes, sobre todo si utilizamos especies de bajo consumo.
Os dejo
una bonita imagen de una actuación que realicé en Talavera la Real (Badajoz);
se me pidió que complementara la jardinería de una calle en la que únicamente existían
palmeras en los parterres. Las directrices a seguir fueron precisamente las de
dar un toque de color a una de las vías de acceso al núcleo urbano. Podríamos
haber sucumbido a la tentación de las flores de temporada pero, en su lugar, se
optó por macizos de Lavándula angustifolia
bordeados en sus perímetros por Euonimus japonicus “aurea”. Con esta simple intervención conseguimos color durante
todo el año, gracias al amarillo de las borduras y unas impresionantes praderas
azuladas en primavera con la ayuda de la lavanda. Todo ello sin necesidad de
sustitución continua de ejemplares y con un bajo consumo de agua.
Si te gusta este blog, también puedes seguirme en:
Facebook: Paisajismo Ángel Méndez ¿me das un ME GUSTA?
Comentarios
Publicar un comentario